El eco repite de cansado tú nombre,
tenaz balada pues airoso canta,
letra a letra y una a una,
ese lúgubre tañir que a mi me espanta.
Fuiste frágil hoja enfrentada a tú sino,
ni siquiera flor, débil amapola roja,
que inconstante fue tu andar cansino,
cual roto juguete del viento embravecido.
Lloro y el dolor me ahoga,
con la fuerza de un torrente despeñado,
pues contemplo las imágenes del pasado,
rodadas en el frágil altar de la memoria.
Se jugó la existencia al tres de espadas,
el ser valiente,
un desafío a la carta del destino,
una locura, un desatino,
un querer enfrentarse hasta la vida.
Cobarde es quien ama de puntillas,
ruin postura del que queriendo,
es imperceptible arruga en el camino,
postrera luz del candil que mortecino,
canta de dolor transido, su propia muerte.
Comments by José Luis Martín