Del libro que no prestaste atención,

simple gañán, infame tonto, recuerda

que en él iba la ciencia,

esa que hoy tanto echarás en falta.

 

Era savia para fortalecer tus huesos,

vida en la que edificar tu alma,

aliento para construir tu habla,

sentido para labrar tu ansia.

 

Ignorante, zote en la vida perdido,

piensas acaso en la ciencia infusa,

saber con la que hartar tu ánima,

sapiencia con la que inundar tu espíritu.

 

Hijo de la prisa, hermano sin la fe,

despropósito de la nada, infundió,

todo tú no eres sino chasquido del aire,

triste libro muerto de cubiertas apagado.

 

Ofuscado eres por tu mano cegado,

orgullo absurdo por ti querido,

que nada hay como las tinieblas,

para vanidoso repeler lo inexplorado.

 

Baja al cabo de la nube frustrado,

que es de sabios rectificar en la subida,

como de inteligentes rehacer lo mancado.

Abre al fin, infeliz ignaro, el libro de la vida

 

                                                 

Related Posts with Thumbnails