Sirena que llora la esperanza perdida,
océano que late en el color de tus ojos,
dime, si el dolor de la daga hundida,
fingimientos son y fútiles enojos.
Volverán los sueños de la oscuridad a nacer,
morada dulce de quimeras mil,
volcanes hirvientes que a la juventud revivan,
cuentos en noches ahítos de amor sin fin.
Si ignorante pasas, sepas que la felicidad no espera,
pues sólo el corazón encuentra y redime,
aquellos escondidos dulces deseos,
que en el corazón laten y descansan.
Comments by José Luis Martín