Si escalando subiera al cielo
y a ti en la tierra te dejara,
debes saber, sombra amada,
que no es mi voluntad,
ni yo, quien te deja abandonada.
Será el sino, ¿quién lo sabe?
fugaz destino,
hasta las puertas de mi morada
noche cerrada a mi casa venida,
que al hombre viene a inmolar con la quijada.
Búscame en el lugar,
allí donde dos estrellas hablan,
en la nada del desierto,
acaso en el paraíso sin nada,
que vengo de la soledad cubierto.
Me encontrarás justo en el límite,
en la raya que separa,
el ayer y el mañana,
el que fui y el que soy,
la noche, y el alba temprana.
Comments by José Luis Martín