Cerrado está mi pecho a la esperanza,
borrado quiero de mi corazón tu recuerdo,
sólo una leve herida, un dolor quedo,
ateridas mantiene las venas de mi vida.

Fue mi mano a tu puerta llamando,
mi corazón a tu corazón siguiendo,
y un muro y mil piedras se opusieron,
para hacer, dijiste, la esperanza vana.

Hoy, como el ayer, ya es pasado,
más aún vivos me quedan tus presencias,
aunque ya hundidas y yertas,
como el camino andado de tierra fenecido.

Porque te marchaste, en la ansiedad perdido,
se hizo el silencio y la armonía del viento,
en ese vuelo que es música de soledad,
vine en ser místico y contradictorio al tiempo.

Volveré raudo a trocar mi vida,
quiero en ella crear si puedo,
aún cuando seco el alma y el corazón ciego,
en vano intente seguir queriendo.

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