Se disparó la escopeta,
con la cual yo te maté,
no hice otra cosa en la vida,
que me supiera tan bien.

Debe ser la venganza,
sueños del amanecer,
que suplanta a los otros,
cuando se producen al atardecer.

Fuiste tú la asesinada,
y yo quien el gatillo apretó,
más pensándolo despacio,
fuiste tú la que me retó.

Así concluye mi historia,
esta que escribo encerrado,
merced a que tu pusiste,
en la cárcel mi cuerpo desangrado.

Porque siendo yo el muerto,
y tú la asesinada,
dime, porqué no respiro,
dime, porqué te marchaste.

Related Posts with Thumbnails