Ayer yo cometí,
al tiempo que paseaba,
un hecho que es un delito,
porque quise subirme solito,
hasta aquella cumbre sin ti.

La soberbia mal aconseja,
al tiempo desleal y deslumbrada,
que las cosas pueden hacerse,
con solo el deseo de alcanzarlas.

Es por ello que te pido,
desde el azar donde me ahogo,
que si quieres me devuelvas,
el cielo por mi ansiado.

Pensarás errada que me río,
porque furtivas son las lágrimas,
que se esconden a tu mirada,
esas que saltan del ojo,
las del alma que tanto claman.

Divaga mi mente pensando,
en montañas blancas y azules cupidos,
es por ello que no la pongo freno,
que la libertad es un tesoro,
que el hombre lleva escondido.

No, no soy ajeno a la belleza,
de ella tengo el corazón lleno,
por ella rezo en la noche,
pues me debato angustiado,
cuando a escondidas separo,
el barro humano del inmundo cieno.

Me despido cantando,
que no quise apesadumbrarte,
con mis sortilegios vanos,
esos que cría el cerebro,
para ensombrecernos el ánimo.

Related Posts with Thumbnails