Un día, paseando por el campo, en primavera florida y hermosa, la voz de lo que luego comprendí que era un ángel, me dijo:

-Ten mucho cuidado, todo el embeleso que dice guardar para ti, es en realidad un embeleco, una farsa, una mentira.

Desde entonces, las comidas las hago contigo, todo lo demás, lo comparto con ella.

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