Es el urdanga un duque,
de los malos el peor,
sabe ganarse la pasta,
sin recurrir al Señor.
Pues es el que tiene en la Tierra,
poderoso matador,
lo mismo abate de un tiro,
el vuelo de un ruiseñor,
que por las selvas se bate,
intrépido y luchador.
Si el mal duque dispusiera,
como lo hace el matador,
Madrid sería la selva,
y el escondite Calatañazor.
Tiene redaños el hombre,
por más que meninges le falten,
que al infierno también se llega,
en boca de los sin nadie.
Que no supo recurrir a los milagros del alma,
cosa esta que por ignorancia no aprecia,
por desconocer la distancia que existe,
entre él y el lugar donde se halla.
Comments by José Luis Martín