SE FUE
Llevaba el pelo al viento,
y el aire se lo expandía,
toda ella era una reina,
bajo la corona con la que la saludaba el día.
Mujer era a todas luces,
por cuanto real resplandecía,
que eran sus ojos estrellas,
alegres y en armonía.
Así de jovial era sin nombre,
fulgores que emanaban de su sonrisa,
pues sólo cuando reía,
hacía del soplo del viento una cálida brisa.
Por última vez la vi,
en el portal de su casa,
me dijo que se marchaba,
del brazo de quien así la amaba.
Se despidió entre lágrimas,
para mí desconocidas,
pues el rímel de sus ojos,
pintaban surcos doloridos en su cara ya dormida.
Desde entonces, en el firmamento la veo,
es nube infinita que se compone difusa,
los deseos que en vida no pudo lograr,
aquellos que fueron sus verdaderos amores,
y que en el mundo quedaron para siempre,
símbolos perennes para imitar.
Comments by José Luis Martín