Si alcanzara a ser solo silencio,
donde refugiar la fatiga del ánima,
si al fin consiguiera alzarme,
para encontrar lo que fue mi morada,
todo se lo debería a ella,
mi alado ángel del alma.

Confundido sin embargo me hallo,
de tanto andar sobre sus pasos.
en ellos mismos continuo,
que aún enojado me siento,
sabiendo que siempre encuentro,
el ruin polvo del desaliento.

De la levedad de sus caricias,
hablan los besos de estiércol,
los abrazos por fingidos,
sombras del viento se han ido,
que todo nuestro atardecer,
como si mentira fuera,
en el mármol fue esculpido.

Espanto producen sus gestos y su habla,
mirando hoy su piel del tiempo marchitada,
que engañar quiere, la juventud añorada,
aquella luz que ayer adornara su cara,
aquel relámpago, rayo sutil que su piel alumbrara.

Related Posts with Thumbnails