Sólo tú, mi amor,
sólo tú.
Tan cerca a veces,
tan lejos otras.
Siempre lejana,
que mis deseos arden,
se incendian
y mueren en mi alma.
Sueño constante,
sueño inconstante,
imagen que resucita o se apaga,
en la pantalla incontrolada de mi cerebro.
Ayer, hoy o mañana,
la vida es tuya.
Y mis huesos movidos por la sangre,
flujo y reflujo que todo lo invade.
Si me visitas,
hazlo despacio,
pisando las flores,
los tulipanes sembrados.
Bésame en la frente,
donde se fraguan las ideas.
Allí donde crecen
y se mueren las primaveras.
Soy aire sin impulso, viento manso, suave brisa.
Vendaval que arría y desaparece en el fin,
como las olas sumidas en la playa,
como las nubes en el horizonte.
Comments by José Luis Martín