Porque miré al cielo y no te vi,
eras blanca nube sin color,
aquella que sin brillo canta,
a la espera de su amor.
Porque fue hecha la vida de colores,
de sangre por nuestras venas,
que nunca nadie respira,
sin contemplar sus imperecederos olores.
Por eso la nube irradia,
por eso canta y suspira,
mientras por el interior del hombre,
la luz del entendimiento gira.
La nube dibuja ríos,
y con el mismo pincel plasma,
pájaros que vuelan solos,
por encima mismo de nuestras almas.
Es por eso que la cabeza asomé,
por el cristal de la ventana,
aquel que una estrella rompió,
para hacerme ver en la distancia,
la fortaleza que deberá tener,
el alma cuando débil naufraga.

Comments by José Luis Martín