Porque vio la parca venir,
se despidió de la vida,
con tanta pena lo hizo,
que se cayó del balcón,
donde subido esperaba,
despedirse del mundo reunido,
para oírle como expiraba.
Sobre la frente le hizo el padre,
tres veces la señal de la cruz,
mientras el pobre aún respiraba,
con los ojos cerrados, sin luz.
Ha muerto un caballero,
de la cabeza a los pies,
se paseó por este mundo,
convirtiendo el pan en miel,
así al menos lo dijo su señora,
mientras en la cara le besaba,
ella que era un clavel.
Viejo se hizo el hombre en un santiamén,
es por eso que siempre decía,
con palabras ajustadas a derecho,
creer en la existencia de otro mundo,
donde poder revertir la agonía.
Todos allí le lloraron,
pues con su palabrería,
era capaz de convertir,
el vino en agua,
para lograr del que llora,
el embrión de una risa,
cuando del todo se olvida,
para así poder rebatir,
la mentira si en su alma mora.
Se fue feliz,
vivió contento,
para que querer más,
cuando se abandona el huerto.

Comments by José Luis Martín