Copa que acaricia las nubes del cielo,
y es tanta su solemne airosa majestad,
que lo mismo gallardo se exhibe en el aire,
que clava sus raíces profundas en el suelo.
Adorna el mundo,
alegra el alma,
y en todo momento,
al corazón calma.
Eres perfume,
de ramas hecho,
de verdes hojas,
tu infinito techo.
Casa de pájaros,
aroma del campo,
lugar en donde,
reposo y canto.
Tú conoces la verdad del mundo,
pues la experiencia se acumula en tu ramaje,
hecha de madera y savia, allí,
en lo más profundo, donde se encierra el alma.
Fruto eres dorado,
de la luz de la luna,
rayo de sol,
en el corazón clavado.
Mirarte es un placer,
pues tu silencio embriaga,
y en la costa del amanecer,
se borra la noche aciaga,
Airoso respiro de tu fronda alada,
paz derramas, lluvia de agua templada,
cobijo del ansias, hotel sin paga,
allí donde encuentro refugio,
a mi suerte echada.
Abrazo tu cuerpo de tallo florido,
de verdes brazos que son tus ramas,
contigo canto y en tu entraña escucho,
el mundo diverso en el que vivo,
la caricia templada de tus susurros.

Comments by José Luis Martín