Es mi nieta una niña,
en trance de ser mujer,
es una pena que yo,
no pueda verla crecer.
Nunca en la vida sentí,
la enorme felicidad,
que produce solo verla,
su deseada proximidad.
Es un regalo del cielo,
es un ángel querubín,
un diamante en el camino,
en el trayecto sin fin.
Cumple años, ocho lindos,
llenos de risas y flores,
así, cuando me da la mano,
huyen los malos humores.
Su alegría desborda,
pétalos de rosa,
su risa confunde,
mi princesa hermosa.
Por tenerla cerca,
en el alma mía,
vendería mi vida,
todo lo daría.
Despierto dormido,
y sueño con ella,
¿qué sería de mí,
si despertara sin ella?
Su abuelo.

Comments by José Luis Martín